Trabajan sobre el metabolismo de la grasa, mejoran la digestión e, incluso, previenen las enfermedades. Así de beneficiosos son estos alimentos, que limpian el cuerpo mucho más que cualquier dieta de moda.
Las nueces reducen el colesterol «malo»
Las nueces son ricas en antioxidantes, particularmente en un compuesto llamado ácido elágico, que ayuda a mantener el sistema inmune y tiene propiedades anticancerígenas.
Un estudio de la Universidad Estatal de Pennsylvania encontró que el aceite de la nuez ayuda a reducir la presión arterial, disminuir el estrés y mejorar la salud cardiovascular. Además, las nueces son una rica fuente de ácido alfa-linoleico, conocido por disminuir el colesterol HDL (también llamado colesterol «malo»), y reducir la inflamación.
Incluso, investigadores de la Universidad Marshall, en Estados Unidos, han probado que el efecto desintoxicante de las nueces podría ser tan poderoso como para ayudar a disminuir el riesgo de cáncer. El estudio, que fue publicado en la revista científica Nutrición y Cáncer, encontró que cuando a un grupo de ratones se le daba una pequeña dosis de nueces diariamente, su riesgo de desarrollar algún tipo de esta enfermedad disminuía a la mitad, comparados con ratones sometidos a una dieta que no contenía este producto.
Los brotes de brócoli sanan
De acuerdo con un estudio del doctor Paul Talay, de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, el sulforafano -un químico que se encuentra en los brotes de brócoli, así como en otras verduras, como la coliflor- aumenta la capacidad de protección de las células frente al cáncer de piel.
Este elemento induciría la creación de enzimas Fase 2(1), que son aquellas que ayudan a desactivar las células cancerígenas y los radicales libres, lo que aumentaría la defensa del cuerpo frente a los agentes químicos causantes del cáncer.
Para probar esto, los especialistas analizaron el efecto de los brotes de esta verdura en seis personas, probando diferentes dosis de extracto de brócoli en varios pequeños parches sobre la piel, que luego fue expuesta a pequeños pulsos de radiación UV, suficientes para causar diferentes grados de quemadura.
En las personas que recibieron mayores dosis, el extracto de brócoli redujo el enrojecimiento y el dolor.
Además, otros estudios han probado que el brócoli combina tres fitonutrientes especiales, capaces de neutralizar y eliminar del cuerpo los contaminantes no deseados.
Alcachofas para la digestión
Las alcachofas contienen, entre muchos otros nutrientes, cynaropicrin, un compuesto que ejerce una gran influencia sobre la digestión, alterando la forma en que la bilis es almacenada, producida y secretada.
Gracias a la cynaropicrin (1), las alcachofas aumentan la producción de bilis (encargada de degradar los ácidos grasos, para que puedan ser absorbidos por el cuerpo) en el hígado, el flujo de bilis desde la vesícula biliar y el poder constrictor del ducto biliar, una serie de actividades vitales en los procesos de digestión y desintoxicación.
Además, al incrementar las partes líquidas y sólidas de la bilis y aumentar el número y tamaño de las vesículas biliares dentro de las células hepáticas, ayuda a digerir mejor y más rápido las grasas. También se ha probado que las alcachofas son capaces de regenerar las células hepáticas.
¿Muchos kilos? Pruebe el té verde
La diferencia del té verde con otras variedades es que está hecho de hojas sin fermentar, lo que hace que contenga la mayor concentración de un tipo de oxidantes llamados polifenoles, que combaten los radicales libres.
Los estudios muestran que el té verde disminuye el colesterol total y disminuye el HDL («malo»). Esto ocurriría, señala un estudio en animales, porque los polifenoles ayudan a que no se absorba el colesterol en el intestino, a la vez que ayuda al cuerpo a deshacerse de este tóxico elemento.
Los arándanos queman las grasas
Según un estudio de 2007, publicado en la revista científica Obesity, un tipo de flavonoide, la catequina, presente en grandes cantidades en el té verde, ayuda a combatir la grasa. La investigación se centró en un grupo de hombres que, tras consumir una buena cantidad de té verde durante 12 semanas, disminuyó notoriamente su peso total, tamaño de cintura y grasa corporal, lo que también provocó una disminución del colesterol «malo».
Además, según un estudio de 2011 de la Universidad Newcastle, el té verde sería capaz de reducir el riesgo de enfermedades como el alzheimer, al anular ciertos tóxicos que afectan las células cerebrales.
Según un estudio del Centro Cardiovascular de la Universidad de Michigan, estos berries son capaces de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y el síndrome metabólico. Este efecto se debería a los altos niveles de fitoquímicos -antioxidantes naturales- que contienen los arándanos.
Los investigadores usaron ratones para probar el efecto de esta fruta. Diariamente, agregaron arándanos pulverizados a la dieta de un grupo de ratones y mantuvieron la fruta alejada de la dieta de otros roedores. Ambos grupos fueron sometidos a una dieta alta en grasas; todas las ratas pertenecían a una camada con tendencia al sobrepeso y la obesidad.
Tras 90 días, las ratas que consumieron arándanos disminuyeron su grasa abdominal, la cantidad de triglicéridos y niveles de colesterol, a la vez que aumentaron su sensibilidad a la glucosa y la insulina,lo que indicaba que sus cuerpos estaban usando más eficientemente la energía.
Los arándanos también protegen al cerebro de los radicales libres, la inflamación y la toxicidad. Gracias a esto, también tendrían un efecto sumamente importante en la prevención de las enfermedades neurodegenerativas.
Comida tóxica que hay que vigilar
En sólo treinta (30) minutos un adulto sedentario expuesto al tabaco y las grasas produce toxinas suficientes para matar a un hámster.
Siete (7) días es el tiempo que un organismo saludable se demora en deshacerse de las toxinas producidas en cuatro días de excesos.
Los hay obvios, como el tabaco, el alcohol y la sal, pero hay muchos otros alimentos capaces de «intoxicar» nuestro cuerpo y afectar nuestra salud. Estos son sólo algunos de ellos.
Frituras: Las papas fritas contienen un tóxico llamado acrilamida, que puede llegar a dañar el ADN. Cuando el almidón se calienta a altas temperaturas, forma espontáneamente esta toxina.
Alimentos con mucho colorante o edulcorante: Este tipo de compuestos son extraños para nuestro organismo. Si se consumen en exceso, no son eliminados adecuadamente y pueden convertirse en un problema de salud.
Carne roja: Es rica en grasas saturadas. Si es consumida en exceso, puede alterar la flora intestinal, aumentando la permeabilidad del intestino y, como consecuencia, la absorción de sustancias tóxicas o extrañas para el organismo.
En treinta (30) minutos un adulto con un estilo de vida saludable produce toxinas suficientes para matar a una hormiga.
Un día se demora el organismo en deshacerse de los excesos cometidos en la jornada anterior.
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